viernes, 25 de septiembre de 2009

Grandes dudas

Algunas personas dicen que si aprendiéramos a utilizar un mayor porcentaje de nuestro cerebro, haríamos cosas increíbles, leeríamos libros enteros en minutos, aprenderíamos cosas complicadas en un abrir y cerrar de ojos y que comprenderíamos el mundo que nos rodea mucho mejor.

Otros dicen que todas las respuestas a todas las preguntas están en nuestra mente, que en vez de concentrarnos en "encontrar" una explicación a un echo, deberíamos tratar de "recordarlo" y que, de ese modo, nos daríamos cuenta de que no hay preguntas sin respuestas, que todo lo sabemos y a la vez nada, que todo se trata de recordar y ejercitar la memoria.

Está claro que la gente dice muchas cosas, pero yo, no puedo opinar sobre ellas, es posible que todos tengan razón o que ninguno la tenga. Me da lo mismo, no puedo pensar en cosas tan profundas y trascendentales cuando otras dudas mucho mas urgentes y cotidianas asaltan mi cabeza.

Os dejo una pregunta: las castañas son una fruta o un fruto seco?

sábado, 19 de septiembre de 2009

Y dibujarte dormida

Volvió a mirar el papel, oscureció un poco más algunas sombras alrededor de los ojos y trazó las finas líneas que conformaban su pelo desparramado por la almohada. Aún no había despertado, y no esperaba que lo hiciera.
Hacía varios días que había decidido hablar con las enfermeras y llevársela a casa y desde entonces había dedicado la mayor parte de su tiempo a observarla y dibujarla, le maravillaba la fina línea que formaban sus labios relajados, la longitud de sus pestañas, su respiración acompasada.

Dejó el lápiz en la mesa y se levantó a por un café, los primeros días los había pasado junto a su cama esperando que despertara del coma pero ya había perdido casi toda esperanza y simplemente la cuidaba. No estaba segura de qué la había impulsado a ir aquel día al hospital decidida a sacarla de allí, hacía meses que se había dado cuenta de que estaba enamorada de ella y si no era así, al menos podía estar segura de que era tremendamente estúpida. Normalmente no se habría preocupado por la chica que yacía en su cama, sabía que podía arreglárselas perfectamente sola, y además, le había dejado claro muchas veces que no quería su ayuda. Entonces, ¿qué esperaba llevándosela a casa?

Terminó su café y volvió a la habitación, cogió de nuevo el cuaderno y se dispuso a hacer un nuevo dibujo.
-Estás muy guapa cuando estás concentrada.
Levantó la vista y vio que se había despertado, no se lo podía creer, estaba tan sorprendida que por un momento no supo como reaccionar
-Es..estás despierta...
-Sí, bueno, en realidad desperté el otro día pero me gustaba verte dibujar.
Y fue entonces cuando por fin fue dueña de su cuerpo y pudo reaccionar, se levantó de la silla y se abalanzó hacia la cama para darle un profundo beso a la mujer que había dibujado incontables veces.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Trikitixa

Cuando era pequeña, mis padres vieron que tenía cierto ritmo en el cuerpo, y decidieron que sería buena idea vincular mi vida a la música.


Primero me apuntaron a un pequeño grupo de baile que había en mi barrio, en seguida se dieron cuenta de mi evidente falta de equilibrio y coordinación y me apuntaron al conservatorio.


Esta segunda idea fue un poco mejor que la primera, ciertamente tengo más oído que la media familiar (que, por triste que sea, es bajo cero, tienen unas orejas enormes pero nada de oído), mi padre soñaba con que aprendiera a tocar la trikitixa para poder amenizar todo tipo de fiestas, desde la típica fiesta de pueblo con su botellón y sus puestos de indios a las navidades con su botellón y sus matasuegras.


Para todo aquel que no sepa lo que es una trikitixa, lo he buscado en wikipedia y lo describe como "un acordeón diatónico de botones" no sé si eso aclarará alguna duda, pero aquí va una fotito.
El problema era, que yo siempre me he aburrido en clase, y las clases del conservatorio no iban a ser una excepción, así que después de un año de solfeo, decidí que era mejor mandarlo a paseo.
Años después me enteré de que en el conservatorio de mi pueblo daban clases de guitarra sin solfeo y como no, me apunté sin pensarlo demasiado, es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, pero ahora, es cuando me doy cuenta de lo que me hubiera gustado haber seguido un poco más de pequeña y haber aprendido a tocar la trikitixa, que sin duda es un instrumento genial, que ahora empiezo a apreciar y que además las clases de solfeo me hubieran venido muy bien para poder aprender a tocar algún instrumento a parte de la guitarra.
En fin, nunca es tarde para aprender, os dejo una cancioncilla con la trikitixa.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Y tu, mi superhéroe

Me acerco a la fiesta, en un principio no tenía pensado hacerlo, no me gustan ese tipo de actos, hay demasiada gente y no me gusta perderme entre las masas, sin embargo he tenido una mala noche y tengo ganas de verte.

Te veo a lo lejos, subida en esa carroza tan sumamente estrambótica, con una máscara tapando tu cara, pero yo no necesito verla para saber que eres tu, te reconocería incluso con los ojos cerrados, pienso en acercarme a ti, pero hay demasiada gente y decido esperar en una esquina, de pronto tu me ves y pareces entender, bajas de la carroza y te acercas, me coges en brazo y me llevas a un sitio más tranquilo.

Durante el viaje me siento pequeña, como hacía mucho que no me sentía, soy consciente de mi altura y de mi edad, pero no me sorprendo de que puedas llevarme en brazos con semejante facilidad, simplemente tenía que ser así.

Me llevas a una pequeña plaza iluminada con farolas donde no hay ni un alma, me siento más tranquila, tanta gente estaba empezando a agobiarme, me miras a la cara, lees mis ojos, no necesitas que te diga nada, tu lo sabes todo

-Oh, Lisbeth...

Murmuras, no puedo decir nada, solo necesitaba tu presencia, ya la tengo, no me quedan fuerzas para más, tu me abrazas, me abrazas con fuerza y yo por fin me siento a salvo, por fin tengo fuerzas, por fin puedo sonreír, y una idea viene a mi cabeza, un regalo, un agradecimiento, sin duda lo mereces, y sé que te gustará

-Ven conmigo, quiero llevarte a un sitio

Esta vez soy yo la que te coge en brazos, saco mi alfombra mágica y te llevo volando hasta una pequeña isla del Caribe, allí hay gente que te conoce y sé que te divertirás, yo me dedico a dar vueltas por la isla, intentando soportar el calor, leyendo los periódicos locales, intentando ocupar mi mente.

Te acercas a nuestra casa, y me encuentras sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, mirando al vacío, llegas y te sientas a mi lado. No puedo resistirlo más y te doy un beso, y otro más, parece que tu respondes, soy feliz, te doy otro beso más, creyéndome la reina del mundo, cuando tu te apartas y me dices, que no tendré ningún beso más hasta que no te prepare una buena cena, estoy dispuesta, lo haré.

De pronto la puerta de mi habitación se abre, y aparece mi madre buscando unos papeles que tengo en la mochila, le mando una mirada fulminante, enfadada por haberme jodido el sueño, le pido que se vaya y le digo que ya sacaré los papeles más tarde.

Lo intento, pero no soy capaz de volver a soñar.