Igualdad de condiciones.

7:30 a.m, Madrid

Un hombre abre los ojos en lo que, después de 11 años, es su nueva casa, se siente agradecido por ver un paisaje diferente por la rejilla de la ventana y, sobre todo, por poder hablar castellano, por fin.
Se levanta con cuidado de la litera, su compañero de celda aún sigue dormido, se lava la cara y se sienta en el suelo, piensa en los acontecimientos de los últimos años.
Su madre le prometió que lo sacaría de aquella cárcel de Manila, y así había sido, casi no se lo podía creer, habían conseguido abolir la pena de muerte, habían reducido su condena, y, por si fuera poco, lo habían traído de vuelta a casa.
Piensa en como empezó toda aquella locura, si tal vez no hubiera bebido tanto ese día, si no se hubiera encaprichado de aquella chica...le había dicho que no, y él había continuado follándosela, eso no estaba bien, nada bien, si al menos no la hubiera matado...
Una lágrima escapa por su mejilla "no merece la pena pensar en eso, ahora ya no importa"
Se levanta y decide pedir permiso para ir al patio, necesita un poco de aire fresco.

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9:00 a.m Vitoria-Gasteiz

-Y bien, ¿cuál es el orden del día?
-Bueno señor lehendakari, creo que hoy no tenemos muchas cosas por las que discutir, los de Etxerat han convocado una manifestación para pedir que se traigan a esos putos etarras a cárceles vascas...
-Ilegalízala, y manda a la Ertzaintza quitar todas esas jodidas fotos que tienen ahí!
-Pero eso es ilegal, señor lehendakari...
-Me da igual! Diremos que es enardecimiento de la violencia y punto, estoy hasta los cojones de esos pedigüeños
-Está bien, el segundo asunto a tratar es una carta de Aralar, diciendo que quitar las fotos de presos vascos de las calles es un delito y que va en contra de la libertad de expresión.
-Malditos abertzales...vale, ya sé, devuélvesela diciendo que les falta una coma y que tienen que volver a redactarlo todo, que se jodan un rato.