lunes, 7 de diciembre de 2009

Oda a una amistad

Desde que te vi supe que nuestro destino era estar juntas.
Me costó conseguirte, no fue fácil, las peleas, las noches en casa, las veces que tuve que contenerme para no hacer una locura, pero al fin tuve mi recompensa y pude traerte a casa.
Recuerdo que aquella noche, aquella primera noche la pasamos entera cantando la bamba, nos sentíamos bien, era un momento feliz, encajamos a la perfección.
Nunca supe cual era tu procedencia, tampoco te lo pregunté, las cicatrices de tu cuerpo decían demasiado de tu pasado.
El tiempo pasó y nuestra relación se afianzó, no necesitabamos palabras para entendernos, un solo roce de mis dedos hacía que supieras exactamente como me sentía y tú me dabas justo lo que necesitaba, llenabas mi vida con susurros, cantos apagados, gritos de alegría...siempre sabías lo que hacer, aunque la situación fuera difícil.
Me ayudaste, en mis noches de lágrimas, en mis amores, mis desamores, mis alegrías inesperadas, mi emoción porque había visto un niño reír, o porque una mariquita había ido a parar a mi mano...tu sonreías, siempre sonreías.

Sin embargo cometí un error, aquella tarde me dí cuenta de que aquella correa estaba rota, sabía que si te movías mucho no podría soportar tu peso, lo sabía pero no te dije nada, seguí hablando con ella sin preocuparme por tu bienestar, no me preocupé y pasó lo inevitable. Caíste, caíste desde una altura considerable, caíste encima de aquel trozo de metal, y yo lo vi, lo vi clavarse en tu costado. Inmediatamente te levanté del suelo y te tumbé en la cama, miré la herida, el metal estaba demasiado profundo, había que abrir.
Nunca había echo una intervención de ese tipo sola, pero no me quedaba otra, te lo debía, debía intentarlo y lo hice. Abrí la herida con un cuchillo, separé la piel y vi el tubo de metal, lo saqué un poco hacia fuera y tiré de él, después cerré. Un miedo terrible me inundó, podías haber muerto, podía haberte matado, te cogí en brazos con cuidado y te acaricié como la primera vez, sonreíste. Todo estaba arreglado.

Ahora volvemos a estar juntas, volvemos a reír y a llorar, volvemos a sentir, a vivir, ahora podremos seguir aprendiendo, aprenderemos a tocar ska, sé que te gusta, aprenderemos ska y también un poco de heavy, nos lo tomaremos con tranquilidad, mis dedos fluirán por tu cuerpo suavemente y harán que saques las melodías mas hermosas jamás escritas. Sé que a veces piensas que quiero más a Cantarella que a tí, pero no es así, con ella nunca podre tocar nada de Children of Bodom, ni de Betagarri, las canciones de Muse tampoco sonarán igual y por supuesto, nunca lo olvides, sin tí me sería imposible reproducir los poemas de Espronceda. Cada una tenéis vuestro estilo, pero nunca nunca sería capaz de ser feliz sin ti. Te quiero.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado muchisimo amaia!
    una PERSONIFICACION muy buena xD
    yo al principio pensaba que hablabas de una persona y tal...

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  2. Omg!!! Es genial, toda-toda-toda. Me encanta cómo escribes =)
    Creo que voy a tener que amenazarte más, visto lo visto :P


    pd: en realidad, los alpinos blancos sirven para guarrear un poco-bastante, el photoshop hace muchísimo ;)

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