domingo, 20 de junio de 2010

Pensar escribiendo.

Creo que estoy desaprovechando la tarde, perdiendo el tiempo, llevo dos horas y media buscando un vídeo y no he conseguido nada. Dos horas y media buscando un vídeo en youtube, buscando un foro abandonado cuyo título no acabo de recordar para poder acceder a ese vídeo, buscando un comentario al azar en una cuenta cerrada para acceder a ese foro para acceder a ese vídeo; lo dicho, perdiendo el tiempo.

Y mientras mi mano derecha se congela en el manejo constante, incesante (e inútil) del ratón, mi mano izquierda entretiene mis orejas aporreando la guitarra, nada de strumming patterns, no no, no puedo permitirme dejar de buscar, son dos horas y media de tapping mal hecho, de tapping sin sentido, sin orden ni concierto, pero qué mas da, estoy buscando.

Me siento un poco como una de estas mujeres celosas de las novelas que buscan pruebas de la infidelidad de su marido, pruebas que no existen, quimeras que atormentan sus sueños y alimentan su paranoia, pero al menos yo sé que el vídeo existe; no porque recuerde su título ni nada en concreto de él, sino porque sé que lo vi 3 veces seguidas y que no pude evitar sonreír.

Y ahora, después de todo este tiempo perdido, se me plantean ciertas cuestiones, ¿merece la pena el esfuerzo por unos segundos? ¿debería darlo por perdido y seguir con mi vida como si nada de esto hubiera pasado? Aunque...en realidad nada ha pasado, absolutamente nada. Dedico una tarde a buscar un vídeo, ¿para qué? Para volver a oír su voz, menuda tontería, debería darme vergüenza, malgastar el tiempo así cuando cada vez que se me presenta la oportunidad (que no son pocas) mis neuronas se adormecen y sólo puedo farfullar tonterías queriendo ser agradable.

Eso es algo que no entiendo, querer ser agradable, soy agradable, no necesito intentarlo, no debería necesitar intentarlo, tenemos cosas en común, muchas además, gustos parecidos...la conversación debería ser fluida y sin embargo, me quedo sin palabras, yo, que tengo una verborrea interna de cuidado, yo, que no callo ni debajo del agua y que siempre tengo algo ocurrente y más o menos divertido que decir, que no es por echarme flores ni nada por el estilo, forma parte de mi personalidad, igual que lo de hacer el idiota y cantar canciones en japones, son cosas que no puedo evitar hacer.

Así que igual lo que debería hacer es, dejar de buscar vídeos de hace lo menos tres años y centrarme en el presente, hablar, mostrarme como soy, dejarme los nervios, las tonterías y los halagos forzados a un lado y ser simplemente simpática, sin pretender nada, quién sabe, lo mismo consigo una conversación amena.

sábado, 12 de junio de 2010

Tal vez.

Tal vez, un día, empezaran a sonar fuegos artificiales en tu ciudad, y tal vez desearas tenerme allí. Tal vez yo pudiera ir y tú me llevaras al lado del río a verlos, con unas palomitas y una manta, para no pasar frío. Puede que en ese momento apoyáramos nuestras cabezas en la fría piedra del puente romano y quizá soltaras algún comentario ocurrente, algo como "tu profesor de lengua es Napoleón y tu debes luchar por tus derechos".

Es posible, por no decir probable, que en ese momento yo sonriera y te abrazara, es posible que te dejaras abrazar. Tal vez los fuegos acaben y no nos demos cuenta, tal vez haya decidido besarte, tal vez hayas resuelto corresponderme.

Tal vez todo esto sea solo un sueño.

Tal vez no.

¿Quién sabe?

¿A quién le importa?