jueves, 21 de abril de 2011

Liev

Avanzó por las calles apresuradamente, amparada por la oscuridad; corría todo lo rápido que sus piernas le permitían pero con cuidado de guardar el sigilo. A su espalda oía los pasos de los guardias, el sonido de sus pesadas botas la mantenía alerta evitando cruzarse con ellos. Sus pies descalzos emitían un suave chapoteo sobre el pavimento mojado de la aldea; cruzó un recodo y vislumbró la sobra de los primeros árboles a lo lejos, corrió por la estrecha callejuela en dirección al bosque cuando se percató del súbito silencio de la calle. Liev se agazapó junto a la pared y vio cómo tres guardias aparecían bloqueando cualquier salida.


La chica pudo ver el reflejo de la Luna en las hojas de las espadas acercándose, trepó por la fría piedra hasta el tejado y se arrastró tratando de hacer el menor ruido posible. Al fin llegó al límite del pueblo, bajó de un salto y se dirigió hacia el bosque, lejos de los guardias, lejos del cuerpo vacío de vida que había dejado en el palacio; por fin llegaría al bosque por el cual había luchado.

martes, 12 de abril de 2011

Esta eres tú

Esta eres tú. Los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca imaginaste que harías algo así; nunca te habías visto como....no sé cómo describirlo, como una de esas personas a las que les gusta la luna o...que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol...seguro que sabes de qué gente estoy hablando....o tal vez no. Da igual, a ti te gusta estar así, desafiando el frío, sintiendo cómo el agua empapa tu camiseta y te moja la piel; y notar cómo la tierra se vuelve mullida bajo tus pies y...el olor...y el sonido de la lluvia al golpear las hojas. Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído. Esta eres tú, quién lo iba a decir...tú.